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Consejos para elegir una buena placa madre

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Tanto para aquellos que disfrutan montándose un ordenador a medida, como para los que quieren sacar la máxima potencia a un precio ajustado, el proceso de selección de una placa madre es fundamental, dado que en gran medida esta condicionará todos los elementos que deben conjugarse para lograr un buen rendimiento.

Hay que tener en cuenta que, en primer lugar, la placa madre no solo define el tipo de socket, es decir, el tipo de procesadores que tendremos a disponibilidad, sino que, además, si tenemos intención de hacer actualizaciones a futuro, será el componente que ponga los límites a nuestra capacidad de expansión.

¿Cómo elegir una placa madre adecuada a nuestras necesidades?

Mejor placa base

Maxx-Studio || Shutterstock

Cuando analizamos ordenadores prefabricados podemos observar como la inversión que se realiza en la placa base suele ser muy pequeña en comparación a la de otros componentes. Esto no se debe al hecho de que las placas madres sean más baratas, sino a que, generalmente, no existe mucho aprecio por placas de mayores prestaciones o que ofrezcan un valor superior.

Pero, sobre todo, para aquellos que quieran exprimir al máximo su equipo, por ejemplo realizando acciones de “overclocking”, tener una placa de altas prestaciones puede ser vital para lograr buenos resultados sin estropear los componentes.

Por eso es interesante fijarnos en los aspectos más relevantes que las placas suelen ofrecernos.

1. El socket: define toda la arquitectura de la plataforma

A la hora de montar un equipo muchos prefieren empezar por el procesador. Una vez elegido el procesador ya escogen una placa acorde y continúan con el resto de los componentes. De hecho, la mayoría de los configuradores que hay en las diferentes tiendas de informática son así. Esto tiene sentido, dado que el procesador define el socket y a partir de ahí vamos moldeando todo. Además es el procesador quien define a la placa, dado que la mayoría de los fabricantes de placas las adaptan para ofrecer los máximos resultados con respecto al procesador que montan.

Por poner un ejemplo, esto ocurre con los slots de memoria RAM. Ciertos procesadores no tienen capacidad de utilizar canales múltiples por encima de 2 (o Bichannel), como ocurre con los procesadores de la gama LGA1151, que son los más comunes entre los gamers.

Es por ello que las placas bases que montan el socket H4 solo tienen 4 slots de memoria. En cambio, si nos vamos al LGA2066 las cosas cambian significativamente, dado que los procesadores que montan, no tan orientados al gaming, sino a trabajos más pesados, pueden soportar 4 canales sin problemas (o Quadchannel).

Por ende, si queremos mucha cantidad de memoria y con un alto rendimiento para la clase de trabajos que vayamos a realizar (como diseño 3D), la mejor idea es empezar por la placa para saber cuáles soportan Quadchannel y cuáles solo Bichannel.

Pero si tu objetivo es montar un ordenador para juegos, esto no es un tema que te deba preocupar demasiado.

2. Líneas PCI-x: opciones de ampliar con tarjetas sin límites

Al igual que el apartado anterior, son los procesadores los que limitan esto, pero son las placas las que lo habilitan en el fondo. Da igual que tengamos un procesador que soporte 44 líneas si luego la placa base solo ofrece 4 slots.

Si tenemos en mente comprar varias tarjetas gráficas para hacer SLI o Crossfire, junto a uno o más discos M.2, y no queremos prescindir de otro tipo de tarjetas, como la tarjeta de red Wifi interna o una capturadora de video como Elgato HD60 para grabar las partidas o hacer streaming, es muy importante no desdeñar este apartado.

Conforme vayamos sumando tarjetas nos daremos cuenta de que una placa base mal elegida se nos puede quedar corta. Lo mismo ocurre con otros puertos como los USB, SATA, etc… Generalmente suelen sobrar, pero siempre es recomendable que al comprar el equipo y sus componentes dejemos unos cuantos puertos de cada tipo libres, por si acaso.

3. El tamaño de la placa

Finalmente, otro tema que muchos han de tener presente, es el tamaño de la placa conforme a la caja donde queremos insertarla. Existen tres factores de forma:

  • Mini-ITX: el más pequeño, generalmente pensados para racks o para media centers de dimensiones restringidas. El tema es que tienen muchos problemas de compatibilidad con los diferentes componentes que suelen disponerse en el mercado.
  • Micro-ATX: a muchos usuarios les molesta tener una caja inmensa, y aquí es donde entran este tipo de placas, no demasiado grandes para no ocupar todo un espacio, pero adecuadas como para ser compatibles con casi todos los componentes del mercado.
  • ATX: esta es la más clásica y la que todo gamer debe plantearse si no quiere invertir demasiado dinero, dado que es la que ofrece la máxima compatibilidad.
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Licenciada en Pedagogía y Educación Social por la Universidad de Sevilla y Curso Especializado de Community Management y Marketing Digital en ESIC. En la actualidad, compagino mi labor como redactora con la gestión de redes sociales y campañas de Marketing y Relaciones Públicas.

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