Si el futuro de los videojuegos es el streaming, ¿qué ordenador necesitas?

En estos últimos meses hemos estado recibiendo noticias muy repetitivas sobre las propuestas en streaming como el claro futuro para el mundo de los videojuegos. No solo plataformas como Stadia de Google, sino las grandes marcas de videoconsolas como Sony y Xbox, están planificando su próximo salto al juego “en la nube” y existe mucha incertidumbre si al final esto acabará convirtiéndose en un estándar o en un invento pasajero.

Lo cierto es que, sea como sea, los jugadores de videoconsolas lo van a tener fácil, dado que al adquirir su máquina tendrán todo el servicio montado sin muchas complicaciones, pero ¿qué hay de los jugadores de PC? ¿qué características tendrán que mirar en un PC para que cumpla satisfactoriamente con los requisitos que exigen los videojuegos en streaming?

Analizando posibles configuraciones para disfrutar de videojuegos en streaming

store.google.com

Aunque parezca mentira, esta es la primera evolución en el mundo de los videojuegos que va a ayudar a retroceder en prestaciones, más que avanzar. Hasta la fecha, todos hemos conocido la famosa “PC Master Race” que consistía en ir actualizando el PC cada pocos años, con las nuevas tarjetas gráficas, los procesadores y demás componentes para poder satisfacer las necesidades de requisitos técnicos que los videojuegos nos presionaban a alcanzar.

Pero, por varios motivos, esto va a cambiar significativamente al llegar el juego “en la nube”. El principal y más importante cambio va a estar motivado por la ubicación donde se encuentra el procesamiento gráfico del videojuego: fuera de nuestra casa, en un servidor remoto.

Menos procesamiento, menos requisitos de tarjeta gráfica

Esto quiere decir que, en el fondo, nuestro ordenador solo va a tener que mostrar una secuencia visual ya procesada por otra máquina. Algo muy parecido a lo que encontramos hoy en día con YouTube. Por tanto, podremos prescindir de las tarjetas gráficas muy potentes, y hasta las nuevas tarjetas portátiles -como las GeForce MX- servirán para cumplir de sobra este propósito.

Si tenemos un ordenador con una nVidia GTX770 (lanzada en 2013) tendremos un ordenador perfecto para streaming. En cierto grado, vamos a poder retroceder a nivel gráfico en más de 5 y 6 años en cuanto a potencia se refiere.

El procesador y la memoria tampoco tienen que ser de última generación

Dependiendo de como esté desarrollada la plataforma de streaming, será posible que la “decodificación” se haga a nivel “software” o a nivel “hardware”. Lo más probable es que sea a nivel hardware, y con un tipo de gráfica como comentamos anteriormente, tengamos más que de sobra. Pero en el caso que sea a nivel “software” ahí es donde entrará la necesidad de tener un procesador algo más eficiente.

Según reportan la mayoría de las fuentes tecnológicas, lo más probable es que la predominancia se reparta entre H.264 y H.265, con lo cual la decodificación del hardware será totalmente razonable.

En cuanto a memoria ocurre lo mismo. Bastará con tener suficiente cantidad como para soportar el navegador o programa de turno. Hay que tener cuidado, porque hoy en día navegadores como Google Chrome cada vez exigen más recursos de RAM para hacer lo mismo.

Lo más importante: disponer de la máxima conectividad posible

Aquí es donde un ordenador algo antiguo podría complicarnos la experiencia de juego. Muchos hogares españoles ya cuentan con fibra óptica de 600 Mb/s (e incluso superior) pero son pocos los que pueden disfrutarla plenamente, dado que alcanzar 600 Mb/s sin cable es extremadamente difícil. Es por ello que, posiblemente, el disponer de una tarjeta Gigabit Ethernet real (y hay que mirar bien la especificación porque a veces las tarjetas de red no cumplen con estos requisitos pese a anunciarse como tal, como es el caso de la Raspberry Pi 3) sea la clave para alcanzar esta potencia.

Los usuarios Wi-fi tendrán que preocuparse no solo del router, sino también de la tarjeta de red Wifi del equipo: hay que ir buscando la banda de 5Ghz, y a ser posible tarjetas de doble banda o multi-banda (como 4×4 MIMO). Hay que tener presente que en la práctica solo es posible alcanzar los 600 Mb/s reales a muy corta distancia y con cuatro antenas AC Aunque en la teoría los fabricantes hablen de llegar a los 600 Mb/s con solo dos antenas eso es técnicamente utópico.

En estos últimos meses hemos estado recibiendo noticias muy repetitivas sobre las propuestas en streaming como el claro futuro para el mundo de los videojuegos. No solo plataformas como Stadia de Google, sino las grandes marcas de videoconsolas como Sony y Xbox, están planificando su próximo salto al juego “en la nube” y existe mucha incertidumbre si al final esto acabará convirtiéndose en un estándar o en un invento pasajero.

Lo cierto es que, sea como sea, los jugadores de videoconsolas lo van a tener fácil, dado que al adquirir su máquina tendrán todo el servicio montado sin muchas complicaciones, pero ¿qué hay de los jugadores de PC? ¿qué características tendrán que mirar en un PC para que cumpla satisfactoriamente con los requisitos que exigen los videojuegos en streaming?

Analizando posibles configuraciones para disfrutar de videojuegos en streaming

store.google.com

Aunque parezca mentira, esta es la primera evolución en el mundo de los videojuegos que va a ayudar a retroceder en prestaciones, más que avanzar. Hasta la fecha, todos hemos conocido la famosa “PC Master Race” que consistía en ir actualizando el PC cada pocos años, con las nuevas tarjetas gráficas, los procesadores y demás componentes para poder satisfacer las necesidades de requisitos técnicos que los videojuegos nos presionaban a alcanzar.

Pero, por varios motivos, esto va a cambiar significativamente al llegar el juego “en la nube”. El principal y más importante cambio va a estar motivado por la ubicación donde se encuentra el procesamiento gráfico del videojuego: fuera de nuestra casa, en un servidor remoto.

Menos procesamiento, menos requisitos de tarjeta gráfica

Esto quiere decir que, en el fondo, nuestro ordenador solo va a tener que mostrar una secuencia visual ya procesada por otra máquina. Algo muy parecido a lo que encontramos hoy en día con YouTube. Por tanto, podremos prescindir de las tarjetas gráficas muy potentes, y hasta las nuevas tarjetas portátiles -como las GeForce MX- servirán para cumplir de sobra este propósito.

Si tenemos un ordenador con una nVidia GTX770 (lanzada en 2013) tendremos un ordenador perfecto para streaming. En cierto grado, vamos a poder retroceder a nivel gráfico en más de 5 y 6 años en cuanto a potencia se refiere.

El procesador y la memoria tampoco tienen que ser de última generación

Dependiendo de como esté desarrollada la plataforma de streaming, será posible que la “decodificación” se haga a nivel “software” o a nivel “hardware”. Lo más probable es que sea a nivel hardware, y con un tipo de gráfica como comentamos anteriormente, tengamos más que de sobra. Pero en el caso que sea a nivel “software” ahí es donde entrará la necesidad de tener un procesador algo más eficiente.

Según reportan la mayoría de las fuentes tecnológicas, lo más probable es que la predominancia se reparta entre H.264 y H.265, con lo cual la decodificación del hardware será totalmente razonable.

En cuanto a memoria ocurre lo mismo. Bastará con tener suficiente cantidad como para soportar el navegador o programa de turno. Hay que tener cuidado, porque hoy en día navegadores como Google Chrome cada vez exigen más recursos de RAM para hacer lo mismo.

Lo más importante: disponer de la máxima conectividad posible

Aquí es donde un ordenador algo antiguo podría complicarnos la experiencia de juego. Muchos hogares españoles ya cuentan con fibra óptica de 600 Mb/s (e incluso superior) pero son pocos los que pueden disfrutarla plenamente, dado que alcanzar 600 Mb/s sin cable es extremadamente difícil. Es por ello que, posiblemente, el disponer de una tarjeta Gigabit Ethernet real (y hay que mirar bien la especificación porque a veces las tarjetas de red no cumplen con estos requisitos pese a anunciarse como tal, como es el caso de la Raspberry Pi 3) sea la clave para alcanzar esta potencia.

Los usuarios Wi-fi tendrán que preocuparse no solo del router, sino también de la tarjeta de red Wifi del equipo: hay que ir buscando la banda de 5Ghz, y a ser posible tarjetas de doble banda o multi-banda (como 4×4 MIMO). Hay que tener presente que en la práctica solo es posible alcanzar los 600 Mb/s reales a muy corta distancia y con cuatro antenas AC Aunque en la teoría los fabricantes hablen de llegar a los 600 Mb/s con solo dos antenas eso es técnicamente utópico.