¿Qué es un Kodama? Espíritus de la mitología japonesa

La cultura japonesa es ancestral, eso lo sabemos todos, ¿pero conoces la mitología japonesa? Los japoneses cuentan con una gran creencia e historias mágicas sobre todo tipo de entes, tanto benignos como malignos. ¿Has escuchado alguna vez hablar sobre Yokais, sobre la diosa Amaterasu o sobre los Tanuki? Las historias mitológicas japonesas sobre entes y criaturas mágicas siguen formando parte, a día de hoy, en la cultura japonesa. Por ello es muy común encontrar muchísimas referencias a ellos, o han servido de inspiración, en muchísimas películas, animes o videojuegos. ¿Has visto alguna vez esas películas de terror japonesas en las que aparecen mujeres escalofriantes de tez blanca y pelo negro? Este tipo de personajes pueden ser desde Oni, una especie de demonios, hasta Yurei, espíritus. Si todo esto te está sonando a japonés, y nunca mejor dicho, ¡no te preocupes! La mitología japonesa es muy rica y extensa, por ello vamos a empezar por algo sencillo. Las criaturas de la mitología japonesa, concretamente con los ‘kodamas‘.

Los Kodamas, espíritus de los bosques

Los kodama son espíritus ancestrales de la mitología japonesa, conocidos desde la antigüedad. Se dice que existían incluso antes que el lenguaje escrito en Japón, y no nos extraña, ya que se tratan de espíritus de los bosques. La palabra ‘kodama‘, en los kanjis japoneses más actuales significa literalmente ‘árbol-espíritu’, por lo que se entiende que los kodama son espíritus de los árboles y los bosques.

En algunos lugares de Japón se creía que los kodama podían moverse libremente por los bosques, no obstante en otros lugares tenían la creencia de que los espíritus estaban ligados a árboles específicos, los cuales no debían ser dañados, o se sufriría la pena de ser maldito. Los monjes marcaban con shimenawa, unas cintas, los árboles en los que creían que habitaban kodamas. No obstante, estos eran muy difíciles de detectar. Por lo que se cuenta que muchos leñadores, al talar los árboles, se daban cuanta tarde del error y el árbol empezaba a sangrar como una persona, entonces el leñador sufría la ira de los espíritus. ¿No os recuerdan un poco a las dríades de la mitología griega? Esto es porque casi todas las culturas han considerado los bosques y la naturaleza como algo mágico y se podría decir que los kodama son muy parecidos a lo que los que no pertenecemos a la cultura nipona conocemos por duendes.

¿Qué apariencia tienen los kodama?

Realmente no se sabe a ciencia cierta cómo es un kodama, pero sí se sabe cómo reconocerlos. Si escuchas ramas mecidas por el viento, hijas, crujidos de ramas, ecos en las montañas y ves semillas y frutas en el suelo, en ese bosque hay kodamas.

No obstante, si eres fan del estudio Ghibli ya conocerás a los kodama. Hayao Miyazaki, considerado el mejor animador japonés, muestra a los kodama en la película ‘La princesa Mononoke‘. Aquí los podemos ver como criaturas pequeñas, adorables pero extrañas, que hacen un ruido muy curioso y tienen el cuerpo blanquecino o casi transparente.

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Pero lo cierto es que se creía que los kodama podían cambiar de forma para parecer aterradores, o adaptar la forma humana si uno se enamoraba de un mortal. Muchas veces se encuentra representado como un anciano.

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Los kodama y los humanos

Te estarás preguntando, ¿qué se supone que quieren los kodama de los humanos? Al tratarse de espíritus del bosque, estos velan por él y les molestan los humanos que no tienen respeto por el medio ambiente. Cuando un árbol es talado sin motivo, un bosque no es respetado o las criaturas de él son cazadas, los kodama, aunque son criaturas pacíficas, pueden buscar venganza y sentirse muy enfadados. También se creía que los kodama eran benévolos con aquellos que respetaban y amaban los bosques y podían elegir algunos humanos para transmitirles conocimientos.

En la actualidad, en la cultura japonesa todavía se respeta a los kodama, por lo que se pueden encontrar diversas ofrendas a ellos en algunos bosques. También se tiene la creencia de que si por la noche se escucha un árbol caer en el bosque es el llanto de uno de los espíritus.

La cultura japonesa es ancestral, eso lo sabemos todos, ¿pero conoces la mitología japonesa? Los japoneses cuentan con una gran creencia e historias mágicas sobre todo tipo de entes, tanto benignos como malignos. ¿Has escuchado alguna vez hablar sobre Yokais, sobre la diosa Amaterasu o sobre los Tanuki? Las historias mitológicas japonesas sobre entes y criaturas mágicas siguen formando parte, a día de hoy, en la cultura japonesa. Por ello es muy común encontrar muchísimas referencias a ellos, o han servido de inspiración, en muchísimas películas, animes o videojuegos. ¿Has visto alguna vez esas películas de terror japonesas en las que aparecen mujeres escalofriantes de tez blanca y pelo negro? Este tipo de personajes pueden ser desde Oni, una especie de demonios, hasta Yurei, espíritus. Si todo esto te está sonando a japonés, y nunca mejor dicho, ¡no te preocupes! La mitología japonesa es muy rica y extensa, por ello vamos a empezar por algo sencillo. Las criaturas de la mitología japonesa, concretamente con los ‘kodamas‘.

Los Kodamas, espíritus de los bosques

Los kodama son espíritus ancestrales de la mitología japonesa, conocidos desde la antigüedad. Se dice que existían incluso antes que el lenguaje escrito en Japón, y no nos extraña, ya que se tratan de espíritus de los bosques. La palabra ‘kodama‘, en los kanjis japoneses más actuales significa literalmente ‘árbol-espíritu’, por lo que se entiende que los kodama son espíritus de los árboles y los bosques.

En algunos lugares de Japón se creía que los kodama podían moverse libremente por los bosques, no obstante en otros lugares tenían la creencia de que los espíritus estaban ligados a árboles específicos, los cuales no debían ser dañados, o se sufriría la pena de ser maldito. Los monjes marcaban con shimenawa, unas cintas, los árboles en los que creían que habitaban kodamas. No obstante, estos eran muy difíciles de detectar. Por lo que se cuenta que muchos leñadores, al talar los árboles, se daban cuanta tarde del error y el árbol empezaba a sangrar como una persona, entonces el leñador sufría la ira de los espíritus. ¿No os recuerdan un poco a las dríades de la mitología griega? Esto es porque casi todas las culturas han considerado los bosques y la naturaleza como algo mágico y se podría decir que los kodama son muy parecidos a lo que los que no pertenecemos a la cultura nipona conocemos por duendes.

¿Qué apariencia tienen los kodama?

Realmente no se sabe a ciencia cierta cómo es un kodama, pero sí se sabe cómo reconocerlos. Si escuchas ramas mecidas por el viento, hijas, crujidos de ramas, ecos en las montañas y ves semillas y frutas en el suelo, en ese bosque hay kodamas.

No obstante, si eres fan del estudio Ghibli ya conocerás a los kodama. Hayao Miyazaki, considerado el mejor animador japonés, muestra a los kodama en la película ‘La princesa Mononoke‘. Aquí los podemos ver como criaturas pequeñas, adorables pero extrañas, que hacen un ruido muy curioso y tienen el cuerpo blanquecino o casi transparente.

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Pero lo cierto es que se creía que los kodama podían cambiar de forma para parecer aterradores, o adaptar la forma humana si uno se enamoraba de un mortal. Muchas veces se encuentra representado como un anciano.

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Los kodama y los humanos

Te estarás preguntando, ¿qué se supone que quieren los kodama de los humanos? Al tratarse de espíritus del bosque, estos velan por él y les molestan los humanos que no tienen respeto por el medio ambiente. Cuando un árbol es talado sin motivo, un bosque no es respetado o las criaturas de él son cazadas, los kodama, aunque son criaturas pacíficas, pueden buscar venganza y sentirse muy enfadados. También se creía que los kodama eran benévolos con aquellos que respetaban y amaban los bosques y podían elegir algunos humanos para transmitirles conocimientos.

En la actualidad, en la cultura japonesa todavía se respeta a los kodama, por lo que se pueden encontrar diversas ofrendas a ellos en algunos bosques. También se tiene la creencia de que si por la noche se escucha un árbol caer en el bosque es el llanto de uno de los espíritus.