Estas son las ventajas del overclocking

Más de una vez habrás escuchado el concepto de overclocking relacionado con la tecnología que, explicado de una manera sencilla, consiste en aumentar la velocidad de los diferentes elementos del ordenador (procesador computacional o CPU, procesador gráfico o GPU, memoria RAM…) para mejorar sus capacidades sin tener que invertir más dinero.

Aunque esto explique a grandes rasgos qué es el overclocking, existe una serie de consideraciones que debemos de tener en cuenta para saber con más detalle en qué consiste el overclocking y para qué tipos de usuarios podría ser más recomendable, dado que unos de los principales problemas es que si nos excedemos, podemos romper la pieza en cuestión.

Razones por las que hacer un overclocking

Si te estás preguntando por qué hacer overclocking podría merecerte la pena, vamos a intentar primero dejar claro algunos aspectos que hacen recomendable esta práctica, especialmente para aquellos usuarios que tienen cierta soltura en el manejo de su ordenador.

Olivier Le Moal || Shutterstock

¿Qué es el overclocking? ¿En qué consiste el overclocking?

La palabra overclocking viene de la unión del prefijo “over” (por encima o incremento) y “clocking” (frecuencia), es decir, incrementar la frecuencia, referida más concretamente a la frecuencia de procesamiento de los diferentes componentes internos de un ordenador.

Simplificando un poco esta ecuación, la frecuencia de un ordenador es la velocidad a la que ejecuta una instrucción. Esto quiere decir que si por defecto nuestro procesador ofrece 3 Ghz, esto significa que cada instrucción se ejecutará aproximadamente a una velocidad de una tres millonésima parte de segundo. Pero, gracias al overclock, es posible incrementar esta cifra, por ejemplo a 4 Ghz, aumentando más de un 30% el rendimiento de nuestro equipo solo cambiando algunos parámetros internos.

Y, generalmente, un procesador con mayor frecuencia suele ser más caro. Por ende, gracias al overclocking podremos ahorrar dinero para obtener los mismos resultados que con un procesador de gama superior.

¿Por qué hacer overclocking es una buena idea?

En primer lugar es importante saber que, generalmente, las marcas fabricantes de procesadores y tarjetas gráficas suelen ser muy conservadoras en su producción. Esto es debido a que por motivos económicos, han podido observar que la durabilidad de las piezas es superior, y el índice de reparaciones en garantía se reduce al someter a sus productos a menor estrés.

Al overclockear, por ejemplo, una CPU, estamos incrementando su carga y el esfuerzo que debe hacer bajo las mismas condiciones. Esto implica dos cosas: el calor producido es superior y por ende el desgaste se incrementa.

optimarc || Shutterstock

Como veremos más adelante, no todos los ordenadores se construyen de la misma manera. Existen ordenadores con un sistema de refrigeración excepcionalmente bueno, y otros que apenas incorporan algunos disipadores de refrigeración pasiva y poco más. Como los fabricantes no pueden prever todas y cada una de las refrigeraciones posibles, generalmente regalan un sistema de refrigeración mediocre por defecto, que junto a una frecuencia conservadora de fábrica, asegurará un durabilidad aceptable al producto.

Casos en los que es aconsejable hacer overclocking

Como decíamos anteriormente, hacer overclocking puede poner en riesgo la estabilidad de nuestro sistema, e incluso romper una pieza por sobrecalentamiento. Si queremos lanzarnos a hacer overclocking debemos tener una serie de premisas en mente:

  1. Es necesario contar con una buena refrigeración: generalmente la gente que hace overclocking extremo, cuenta con sistemas de refrigeración líquida. Lo ideal es comparar experiencias de otros usuarios y conocer la refrigeración que utilizan antes de lanzarse a forzar demasiado la máquina. Aquellos que llevan su máquina a extremos ya han quemado muchos procesadores sin el menor reparo, y esto nos lleva al siguiente punto.
  2. Si tenemos poca experiencia y una economía algo ajustada, debemos tener en cuenta que el overclocking anula la garantía. Aunque esté bien hacer overclocking, lo más recomendable es ser conservador en este aspecto, ya que si el equipo sufre algún daño en el procesador por sobrecalentamiento, las compañías no asumirán ningún compromiso de reparación o reemplazo.
  3. Es importante informarse con detalle antes de proceder. Un error al insertar algún parámetro podría causar daños irreversibles. Afortunadamente, algunos componentes como las tarjetas gráficas ofrecen un limitador de temperatura e impiden que nos sobrepasemos. De hecho, ya las mismas marcas proponen sistemas de overclock “seguro” como AMD Overdrive o NVIDIA Ntune.

Más de una vez habrás escuchado el concepto de overclocking relacionado con la tecnología que, explicado de una manera sencilla, consiste en aumentar la velocidad de los diferentes elementos del ordenador (procesador computacional o CPU, procesador gráfico o GPU, memoria RAM…) para mejorar sus capacidades sin tener que invertir más dinero.

Aunque esto explique a grandes rasgos qué es el overclocking, existe una serie de consideraciones que debemos de tener en cuenta para saber con más detalle en qué consiste el overclocking y para qué tipos de usuarios podría ser más recomendable, dado que unos de los principales problemas es que si nos excedemos, podemos romper la pieza en cuestión.

Razones por las que hacer un overclocking

Si te estás preguntando por qué hacer overclocking podría merecerte la pena, vamos a intentar primero dejar claro algunos aspectos que hacen recomendable esta práctica, especialmente para aquellos usuarios que tienen cierta soltura en el manejo de su ordenador.

Olivier Le Moal || Shutterstock

¿Qué es el overclocking? ¿En qué consiste el overclocking?

La palabra overclocking viene de la unión del prefijo “over” (por encima o incremento) y “clocking” (frecuencia), es decir, incrementar la frecuencia, referida más concretamente a la frecuencia de procesamiento de los diferentes componentes internos de un ordenador.

Simplificando un poco esta ecuación, la frecuencia de un ordenador es la velocidad a la que ejecuta una instrucción. Esto quiere decir que si por defecto nuestro procesador ofrece 3 Ghz, esto significa que cada instrucción se ejecutará aproximadamente a una velocidad de una tres millonésima parte de segundo. Pero, gracias al overclock, es posible incrementar esta cifra, por ejemplo a 4 Ghz, aumentando más de un 30% el rendimiento de nuestro equipo solo cambiando algunos parámetros internos.

Y, generalmente, un procesador con mayor frecuencia suele ser más caro. Por ende, gracias al overclocking podremos ahorrar dinero para obtener los mismos resultados que con un procesador de gama superior.

¿Por qué hacer overclocking es una buena idea?

En primer lugar es importante saber que, generalmente, las marcas fabricantes de procesadores y tarjetas gráficas suelen ser muy conservadoras en su producción. Esto es debido a que por motivos económicos, han podido observar que la durabilidad de las piezas es superior, y el índice de reparaciones en garantía se reduce al someter a sus productos a menor estrés.

Al overclockear, por ejemplo, una CPU, estamos incrementando su carga y el esfuerzo que debe hacer bajo las mismas condiciones. Esto implica dos cosas: el calor producido es superior y por ende el desgaste se incrementa.

optimarc || Shutterstock

Como veremos más adelante, no todos los ordenadores se construyen de la misma manera. Existen ordenadores con un sistema de refrigeración excepcionalmente bueno, y otros que apenas incorporan algunos disipadores de refrigeración pasiva y poco más. Como los fabricantes no pueden prever todas y cada una de las refrigeraciones posibles, generalmente regalan un sistema de refrigeración mediocre por defecto, que junto a una frecuencia conservadora de fábrica, asegurará un durabilidad aceptable al producto.

Casos en los que es aconsejable hacer overclocking

Como decíamos anteriormente, hacer overclocking puede poner en riesgo la estabilidad de nuestro sistema, e incluso romper una pieza por sobrecalentamiento. Si queremos lanzarnos a hacer overclocking debemos tener una serie de premisas en mente:

  1. Es necesario contar con una buena refrigeración: generalmente la gente que hace overclocking extremo, cuenta con sistemas de refrigeración líquida. Lo ideal es comparar experiencias de otros usuarios y conocer la refrigeración que utilizan antes de lanzarse a forzar demasiado la máquina. Aquellos que llevan su máquina a extremos ya han quemado muchos procesadores sin el menor reparo, y esto nos lleva al siguiente punto.
  2. Si tenemos poca experiencia y una economía algo ajustada, debemos tener en cuenta que el overclocking anula la garantía. Aunque esté bien hacer overclocking, lo más recomendable es ser conservador en este aspecto, ya que si el equipo sufre algún daño en el procesador por sobrecalentamiento, las compañías no asumirán ningún compromiso de reparación o reemplazo.
  3. Es importante informarse con detalle antes de proceder. Un error al insertar algún parámetro podría causar daños irreversibles. Afortunadamente, algunos componentes como las tarjetas gráficas ofrecen un limitador de temperatura e impiden que nos sobrepasemos. De hecho, ya las mismas marcas proponen sistemas de overclock “seguro” como AMD Overdrive o NVIDIA Ntune.